blog número 1
Descubrí que evito el contacto multitudinal porque me hace sentir más sola de lo que me siento estando conmigo misma
Creo que también tiene que ver con el hecho de que quienes me rodean están viendo una faceta de mí que no es la que yo conozco, una fachada, la que mi cabeza no para de recordarme en las conversaciones que mantengo con personas que recién conozco que sigue ahí
El vacío acapara más cuando intento forzosamente dejarlo atrás. Se agarra más fuerte en tanto con mas fuerza yo me intente soltar. Y termina dejándome más cansada que antes.Se me acopla, no me deja en paz.
Por eso intento no concurrir a eventos sociales que requieran de mucha interacción, porque cuando sucede, vuelvo a mi casa agotada, rendida, es como el ejercicio físico del Alma.
Porque estás impidiendole el paso, y cuando intentas obstruirselo es peor, no le gusta quedar debajo, siempre se intenta mantener en la superficie, a la vista de todos.
Yo no voy a ponerme a charlar sobre mi verdadero estado con unos desconocidos. Sobre todo porque no quiero, porque no me interesa la lastima o el oído de alguien que no conozco de nada. Entonces mientras sigas manteniendote en ese estado de cansancio interior, es crucial tener que fingir. A demás de que lo que menos querés es recordar lo que querías olvidar por un tiempito. Aunque yo aprendí a no intentar echar a ese sentimiento, porque aún cuando finjo sé que existe, y si fingir me demanda esfuerzo entonces prefiero no gastarlo en pelotudeces y simplemente existir con él, dejarlo que haga lo que tenga que hacer el tiempo que se tenga que quedar, y mientras tanto ir buscando formas de que se vaya pero por voluntad propia, pero con estrategias ideadas por mí.
Por eso, antes que salir y fingir, prefiero quedarme en casa con alguien que me conoce de ante mano, conmigo misma, sin presentaciones, ni procesos de intercambios de informes personales, sin la espera del veredicto final después de haber relatado alguna que otra cosa que te daba inseguridad, y sin la posible decepción de un final que terminó siendo lo que esperabas, pero que en el fondo conservabas todavía una esperanza de que no lo fuera, el abandono
Siempre pensé en el tiempo que uno pierde contándole a otro acerca de tu vida, para que finalmente por algún detalle que viene más adelante te deje de hablar o desaparezca, a veces el transcurso que pasa hasta que eso sucede son años y años, y lógicamente hasta eso ya formaste un vínculo cariñoso, y es una paja que después de todo se alejen, es como Dale hijo de puta no me dejes ahora que me tuviste 3 años contándote cosas, debería haber una devolución de tiempo o algo así, como la distribución de bienes raíces una vez que un matrimonio se separa pero de tiempo. Que el que se fue tenga que pagarle con tiempo.
Junto con eso pensé en que uno debería tener varias copias de documentos que narran la historia de uno brevemente pero completo, con todos los datos que son necesarios y presentarselo al recién conocido para que chequee si siente ganas o no de relacionarse con vos, si algo de lo que dicta ahí lo perturba o si por el contrario le chupa un huevo y elige continuar con la relación que nunca comenzó.
A mí no me pasa mucho esto de conectar con alguien a tal de punto de hacer hasta lo imposible para preservar la relación. De hecho me habrá pasado solo 2 veces. Y ni siquiera hice hasta lo imposible porque para mí el vínculo termina una vez que el otro decide que no quiere estar más dentro. Termina ahí aunque después ante la insistencia hayas podido sonsacarle una salida más, que termina siendo producto de tu voluntad más que de la suya. Y a mí nunca me gustó la caridad. Es peor que nada.
Pero lo que me pasa cuando conozco a alguien con quien sí conectó es muy loco. Cada segundo de mi tiempo que pasó sin estar en contacto directo con esa persona lo siento un desperdicio.
Porque creo que cuando podes fluir con alguien también te comenzas a conocer vos misma, y hay algo de adictivo en eso, en querer conocer qué viene después, cómo vas a reaccionar ante esto u lo otro siendo vos misma, fluyendo. Como va a comportarse esa parte de vos en determinadas situaciones. Entonces en la misma medida que querés estar con él, querés estar con vos. Querés pasar más tiempo con ese yo que no habías visto antes, sacarle información, admirarla.
Cuando pasas un segundo de calidad después de décadas de bajones, está claro que vas a intentar explotar al máximo la sustancia que está siendo capaz de sacarte de ese estado de mierda con el que vivías.
Cuando encontraste a alguien que finalmente puede contra vos misma, cuando tiene la capacidad de dejar a tu mente en jaque, de dejarte después de un encuentro algo más que una cansina tristeza que redobla la apuesta, una ilusión, quizá, es evidente que vas a intentar que el tiempo deje de transcurrir porque sí, sinsentido, porque sabes que ahora hay algo que vale la pena, que existe, y que podes acoplar a tu vida. Y se siente un desperdicio de tiempo al no hacerlo porque todavía sigue ahí, y todavía es una posibilidad, y es lo único después de años que tiene chances de darte algo, de no ser más de la nada que estás acostumbrada a conocer. De ahí viene la tragedia: de haberte aguantado tanto tiempo sin algún incentivo, alguna motivación, y que de un momento a otro aparezca algo que promete. Que puede contra todas esas barreras internas que tenes que le prohíben la entrada al sentimiento de la comodidad que supone estar con alguien que tiene todo para poder lograr llegar a conocerte. Es como que si se adentrará en un pasadizo oscuro y repleto de telarañas que fue olvidado y descuidado y comenzara a ordenarlo, a darle vida al lugar.
Después de tanto tiempo resignada a hallar una persona que pueda llegar a generarme algo, cuando el momento finalmente sucede por supuesto que no quiero dejarlo ir. Es como encontrar una fuente de agua en el medio del desierto, estas negada a irte de ahí porque sabes perfectamente que en cuanto te vayas la vida va a volver a ser la misma mierda de siempre.
Me pasa mucho de tener la sensación de estar viéndolo todo desde afuera, desde muy lejos, incluso estando yo en medio.
Obvio que hay otras en las que genuinamente mi yo se involucra, y se siente parte. Y no una marginada. Pero no pasa mucho.
Es como si nada de lo que viviera me llenara del todo, como que me toca pero sólo externamente. Un roce, y encima torpe.
Como una palmada en la espalda cuando estabas esperando recibir un abrazo.
Así se siente.
Es que a día de hoy solo hay interacciones superficiales. Hay capas y capas sin quitar. Están todos cubiertos, escondiendo algo. Escondiendo lo que más vale la pena mostrar.
Y mostrando lo que menos vale.
Eso es lo que me hace pensar. Pero quizá en realidad es lo que son. Lo que es más triste, porque no hay nada más. No sé. Solo puedo hacer conjeturas.
Pero todo es tan aburrido. Más de lo mismo. Una conversación tras otra que puedo pronosticar. Frases que puedo completar internamente antes de que las completen ellos mismos.
Quiero conocer a alguien que me de algo que no puedo prever porque así voy a saber que es real. Que no está jugando a ser un robot y tiene algo que contar, demostrar ser alguien de carne y hueso. Sin intentar adoptar un papel con el propósito de coincidir, de ser dos en uno. Es un asco el ambiente que se produce cuando sentís que el otro está actuando con intenciones de servirte, de impresionarte. Es aborrecible el clímax que se genera cuando ves al otro intentando. Intentar algo es ya algo repugnante. Me produce rechazo.
Buscar complacerme no logra complacerme. Solo sucede cuando no lo buscan. Cuando se da sin quererlo.
Me gusta que no me complazcan y que simplemente sean.
Amo q aproveches tanto talento, me siento identificada con el 90 d tus escritos así q era necesario comentar
ResponderEliminarsiempre acá ori <33 la lectora más leal
Eliminar